TAGLIATELLE ALFREDO

        Alfredo di Lelio concibió este plato en 1914 en su restaurante de la Via della Scrofa (Calle de la Cerda) de Roma, situada en la zona sur de la ciudad, entre dos lugares turísticos de visita obligada: el Panteón y la Piazza Navona. La mujer de Alfredo, que estaba embarazada, no conseguía retener la comida, así que su marido triplicó la cantidad de mantequilla que solía usar con los fettuccini: hasta entonces a veces ponía el doble, pero nunca el triple. Y luego lo introdujo en su menú, cosa poco frecuente con un plato casero, por más mantequilla que llevara.

       En 1927, las estrellas de la gran pantalla silenciosa Mary Pickford, la “novia de Américac” (y eso que era canadiense) y Douglas Fairbanks, “el rey de Hollywood”, estaban de luna de miel y en su ruta turística hicieron un alto en el restaurante Alfredo. Se enamoraron de este plato hasta tal punto que Fairbanks dejó que los fotografiaran mientras daban cuenta de él, y supuestamente regaló a Alfredo un cuchillo y cuchara de oro. Puede que fueran de la realeza de Hollywood, pero ¿de verdad llevaban cubertería de oro en la maleta para repartirla por ahí?. En cualquier caso, su triunfal regreso a casa tras una luna de miel que había provocado todo un revuelo de admiradores en Londres y París hizo que este plato llegase igual de triunfante a Estados Unidos.

     Por aquel entonces, Mary Pickford era seguramente la mujer más famosa del mundo: como parte del esfuerzo bélico de 1915 puso a subasta un mechón de su pelo por valor de quince mil dólares. Sin embargo, la llegada del sonido al cine no les hizo gracia ni a ella ni a Fairbanks. Pickford dijo que las películas con sonido eran como la Venus de Milo con pintalabios.

Extraído del libro "Recetas con nombre".